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FMI: el árbitro financiero del mundo

  • elceiboportal
  • hace 3 días
  • 2 Min. de lectura

Por Angelina Chanzi


El Fondo Monetario Internacional es una organización financiera de la que nuestro país forma parte junto a otros 190 Estados del mundo. Hace décadas ocupa un lugar recurrente en el escenario financiero de la Argentina. A partir de sus préstamos y servicios establece condiciones que muchas veces afectan los contextos políticos y sociales.


Argentina ingresó al FMI el 20 de septiembre de 1956.
Argentina ingresó al FMI el 20 de septiembre de 1956.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) es una organización financiera de las Naciones Unidas con sede en Washington D. C., Estados Unidos. Fue fundado en 1944 en la Conferencia de Bretton Woods y comenzó a funcionar en 1945. Está conformado por 191 países de todo el mundo a quienes les brinda servicios financieros y préstamos. Estas prestaciones están sujetas a condiciones o reformas que los países deben implementar, como la austeridad fiscal, reformas estructurales, apertura comercial, privatizaciones y/o reducción del gasto público. Estas medidas suelen tener un alto costo social y político.


El FMI se presenta como garante de la estabilidad macroeconómica y promotor del comercio global. Sus servicios se financian a partir de las cuotas de los países miembros (una especie de “capital social”). Los préstamos se financian principalmente con esos recursos, pero también puede usar líneas de crédito como los Acuerdos Generales para la Obtención de Préstamos (AGP) o los Nuevos Acuerdos para la Obtención de Préstamos (NAP). Utiliza el Derecho Especial de Giro (DEG) como unidad de cuenta, basada en una canasta de monedas: dólar, euro, yen, libra esterlina y yuan.


Desde los años 90, el FMI se ha transformado profundamente como respuesta a una serie de cambios estructurales en el escenario internacional. La globalización, con su avance vertiginoso en los flujos de capital, comercio e información, exigió que el organismo adaptara sus herramientas para supervisar un sistema financiero mucho más interconectado y volátil. Al mismo tiempo, la caída del bloque soviético implicó la incorporación de numerosos países de Europa del Este y Asia Central, los cuales requerían asistencia técnica para pasar de economías planificadas a sistemas de mercado. Este proceso no solo amplió la membresía del FMI, sino también su rol como orientador de reformas estructurales en contextos de transición. Los objetivos del FMI han ganado relevancia porque cada vez más países se han sumado como miembros. A medida que la membresía se ha expandido y la economía global ha experimentado transformaciones significativas, el organismo se ha visto obligado a modificar su funcionamiento y estrategias para seguir cumpliendo con eficacia su misión.


Cuando se fundó el FMI, también se creó el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, más conocido como Banco Mundial, con el objetivo de apoyar el desarrollo económico a largo plazo. Este apoyo incluía la financiación de obras de infraestructura como caminos y sistemas de agua potable. Estos dos, junto a organismos como la Corporación Financiera Internacional (CFI) y la Asociación Internacional de Fomento (AIF), trabajan de forma complementaria. Mientras el FMI se enfoca principalmente en la estabilidad macroeconómica y en las políticas fiscales, monetarias y financieras de los países, el Banco Mundial está más orientado a financiar proyectos concretos en países en vías de desarrollo o en transición. El Fondo, en cambio, no financia áreas específicas ni proyectos puntuales.



 
 
 

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